La Edad Media es un periodo histórico que abarca desde la conquista de Roma por los germanos y la caida del Imperio Romano de Occidente en el año 476 (siglo V), hasta la conquista de Constantinopla por los turcos y la caída del Imperio Romano de Oriente, conocido como Imperio Bizantino, en 1453 (siglo XV). Este periodo puede dividirse en tres etapas, la Alta Edad Media (hasta el siglo XI), la Plena Edad Media (hasta el siglo XIII) y la Baja Edad Media (hasta el siglo XV).

En la Europa Occidental, las guerras y los saqueos eran muy frecuentes. Los monarcas dependía de los nobles, señores de un territorio que tenían sus propios ejércitos. A menudo actuaban por su cuenta sin que los reyes pudieran controlarlos. En algunos casos, el cargo de rey se convirtió en algo simbólico.                                                                            

En la Baja Edad Media el poder de los reyes se incrementó. Los habitantes de las ciudades buscaron la protección de los monarcas frente a los nobles. El desarrollo económico de las ciudades permitió a los reyes contar con más recursos que la nobleza y pudieron imponer su autoridad sobre ella.

En Europa Oriental, la hegemonía del Imperio Bizantino decayó cuando apareció el islam en Arabia en el siglo VII. El imperio árabe se extendió por Próximo Oriente, norte de África y la Península Ibérica. Desde entonces, el Mediterráneo se convirtió en la frontera entre el cristianismo y el islam. En la Plena Edad Media, el mundo musulmán se fragmentó y empezó su decadencia. Los cristianos entonces promovieron las cruzadas, expediciones para recuperar Jerusalén (ciudad sagrada del cristianismo) que estaba en manos de los musulmanes.

Las frecuentes invasiones y saqueos producían una gran inseguridad. Las ciudades se abandonaron y los campesinos buscaron la protección del noble más importante de su comarca, de esta forma se convirtieron en siervos. Los siervos vivían en aldeas y trabajaban para su señor. El noble era la máxima autoridad política y judicial de los territorios de su propiedad y de las personas que lo habitaban. Además, otros nobles de menor categoría se convirtieron en sus vasallos, pues el noble les protegía a cambio de los servicios que le prestaban.

                                           

Este tipo de sociedad, que se conoce como feudal, quedó plenamente configurada en la Plena Edad Media. En la Baja Edad Media aumentó la población en las ciudades, llamadas burgos, por lo que sus habitantes también se denominan burgueses.

A continuación puedes ver un vídeo-resumen de este periodo.